Con ojos de niña, por María Pilar Royuela

Por revist_Admin Mar 1, 2024

La otra mañana disponía de una hora mientras arreglaban mi coche en el taller y aproveché para dar un paseo y me acerqué a la cercana calle de la Verdad. Fue como retroceder en el tiempo. Hacía, ¿quizás 50 años? que no subía esa calle. ¡Cuántos recuerdos! Y todos buenos. De niños, nuestros padres nos llevaban en verano al Estadio San Miguel, al final de la calle de la Verdad, para disfrutar con otras familias de un día estupendo en sus instalaciones. En metro y luego en autobús hasta Puente de Toledo, para subir andando con el calor y las bolsas, sin quejas, con mucha ilusión porque podíamos ir a la piscina a pasar el día en familia y con amigos.

Empecé a recordar a Don Abundio y a las personas que formaban el Departamento de Deportes en Hermandades, el día en que vino nada más y nada menos, que el arzobispo de Madrid, Don Casimiro Morcillo, a bendecir las instalaciones deportivas en el Estadio San Miguel.

Recuerdo cómo mi padre comentaba en casa los trabajos preparando la Pascua del Deportista, creo se celebraba cada año, pero no lo sé exactamente porque yo era muy niña, pero lo vivíamos con mucha alegría en la familia y luego en el Estadio San Miguel.

Hermandades del Trabajo dio muy buenos deportistas al mundo del deporte en los años 50 y 60. Era parte del mensaje que transmitía D. Abundio para el mundo del trabajo: que los trabajadores llevaran a Cristo al mundo del trabajo y la familia y las relaciones sociales, con la formación profesional indispensable, el deporte y la cultura que ayudan a formar buenos cristianos.

En mi paseo pude comprobar cómo en el espacio que ocupara el Estadio San Miguel ahora hay un super gimnasio, viviendas, un parque, y un Centro Cultural del Ayuntamiento, Fernando Lázaro Carreter lleva por nombre, en recuerdo y homenaje a nuestro gran filólogo y Director de la Real Academia Española de la Lengua. Ahora los centros culturales del Ayuntamiento realizan muchas de las funciones que se hacían en Hermandades: deporte, conferencias, viajes, biblioteca…, pero la función o tarea insustituible que realizaba Hermandades y creo es su fin primordial, es la propia del cristiano que ama a Jesucristo y es ser apóstol. Si eres trabajador, tu principal apostolado además de la familia será el ambiente de tu trabajo. Recordé los Grupos Apostólicos en Hermandades, las charlas de Don Abundio y todo el bien que recibimos en Hermandades.

Volví del paseo dando muchas gracias a Dios por las Hermandades y por haber conocido a tantas personas buenas que entregaron su vida por esa labor y por tener la suerte de haber tratado tan de cerca a D. Abundio y escuchar de sus labios cuánto nos ama Dios Nuestro Señor, que se queda en la Eucaristía para estar con nosotros hasta el fin de los tiempos, y su Madre la Virgen de las Gracias porque ella nos trae la Gracia de su Hijo. Volví cantando la canción: «las chicas de Hermandades, nunca, nunca tienen pena, pues la Virgen de las Gracias toditas se las consuela…».

Madrid, noviembre 2023.

María Pilar Royuela

Afiliada a Hermandades del Trabajo Madrid.

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