Nuestra Presidenta Emérita del Consejo Nacional de las Hermandades del Trabajo dedica unas emotivas palabras de agradecimiento por su labor al arzobispo de Madrid Don Carlos Osoro Sierra.
Una vida entregada
Querido D. Carlos, los años en los que ocupé el cargo de presidenta que he tenido el honor de compartir con varios presidentes, puesto que los cargos en Hermandades son mixtos: hombre y mujer, con los mismos derechos y obligaciones, he podido comprobar su cercanía y acompañamiento a las Hermandades del Trabajo.
Siendo usted Arzobispo de Valencia, nos acompañó en la Asamblea Nacional de Hermandades del Trabajo, celebrada en esa Diócesis Valenciana, donde también hemos celebrado en la sede de Hermandades del Trabajo, algunos eventos importantes del Movimiento.
Si ahora el Sínodo nos recuerda que debemos caminar juntos, pastores y laicos, ya entonces nos sentimos acompañados y, usted D. Carlos nos demostró que era imprescindible caminar en sinodalidad, dentro del Movimiento y con toda la Iglesia. Como bautizados cada uno con su carisma personal y comunitario.
Nos dedicó bastante tiempo en aquella Asamblea que vivimos en la Residencia de Serra de Valencia y sentimos su cariño y cercanía de Pastor. Fue allí donde compartió con nosotros alegrías y esperanzas como también carencias en los cargos de presidente nacional y consiliario en aquel momento. A falta de candidatos, usted nos facilitó los nombramientos de estos dos cargos importantes para nosotros.
Siendo ya Arzobispo de Madrid, nombró también presidentes para este centro de Hermandades. Nos ha visitado en la sede de Madrid, varias veces, entre otras con motivo del 70 aniversario de la Fundación del Movimiento y últimamente con motivo del 75 aniversario, que aún estamos celebrando, con el lema: “un nuevo mundo, una misma llamada”. También aquí como Arzobispo de la diócesis de Madrid, atendió nuestra petición del nombramiento del actual Consiliario Nacional por la CEE.
Doy gracias a Dios por su entrega como Pastor en estas diócesis de Madrid, Valencia y en la Iglesia. El Movimiento Apostólico-social, de las Hermandades del Trabajo y yo como expresidenta, le agradecemos su apoyo en todo momento.
Muchas gracias por todo, Don Carlos, que el Señor le siga ayudando.