El domingo «de Ramos» es, sobre todo, una especie de «obertura» de la «Semana Santa» donde se nos invita, anticipadamente, a saborear la dulce amargura del amor y la muerte.
Y lo hacemos «entrando en procesión», todos juntos, como un «Pueblo de Dios en marcha», caminantes hacia el domingo de la Pascua a través de la pasión de Cristo.
Es también una CONVERSIÓN para no quedarnos parados, mirando cómo «pasan» los «pasos» de las procesiones de la Semana Santa. No se trata de contemplar sino de echarnos a andar, ponernos en marcha, CAMINAR.
D. de Ramos(B). Mt. 14,1-15,47. 24 de marzo de 2024
Don Tomás Priego Martínez.