El 16 de julio marca el 77 aniversario de la fundación de las Hermandades del Trabajo, una organización que ha jugado un papel fundamental en el ámbito laboral y eclesiástico desde su creación en 1947. Fue en esa fecha histórica cuando el Señor Obispo Mons. Leopoldo Eijo y Garay firmó un decreto que declaraba a las Hermandades del Trabajo como el primer instrumento de apostolado en los ambientes de trabajo. Este decreto no solo reconoció la importancia de la organización, sino que también sentó las bases para un movimiento que ha perdurado a lo largo de las décadas.
Inicialmente, el movimiento comenzó con un pequeño grupo que se fue expandiendo gracias a las llamadas y encuentros realizados en fábricas y empresas. A pesar de la falta de un lugar fijo, este grupo logró asentarse eventualmente en el local de Juan de Austria nº 9, ocupando solo la última planta en una primera fase.
Las reuniones del grupo se llevaban a cabo todos los jueves en la capilla, conocidas como Cenáculos, que se convirtieron en el verdadero semillero de los militantes de las Hermandades del Trabajo. Además, los domingos se celebraban festivales matinales en cines y teatros céntricos, donde siempre se difundía el mensaje de las Hermandades del Trabajo. Estas actividades no solo fortalecían la cohesión del grupo, sino que también servían para atraer nuevos miembros y difundir sus ideales.
El movimiento también organizaba retiros mensuales, ejercicios espirituales y reuniones formativas sobre temas sociales, bíblicos y teológicos. Desde sus inicios, las Hermandades del Trabajo integraron tanto la vertiente apostólica como la social, lo que las caracteriza hasta hoy. En medio de los duros tiempos de la posguerra, este movimiento ofreció consuelo y esperanza, luchando por una vida más solidaria, justa, humana y compasiva para los trabajadores. Con el paso de los años, el movimiento creció en fuerza y relevancia, consolidándose como un pilar fundamental en la lucha por los derechos y la dignidad de los trabajadores.
Las Hermandades del Trabajo fueron creadas con el objetivo de proporcionar apoyo espiritual y moral a los trabajadores, promoviendo un entorno de solidaridad y fraternidad. Desde su fundación, la organización ha trabajado incansablemente para mejorar las condiciones laborales y defender los derechos de los trabajadores, siempre bajo la guía de valores cristianos. Su misión se ha centrado en humanizar el trabajo y hacer de los ambientes laborales espacios donde se respete la dignidad de cada persona.
A lo largo de estos 77 años, las Hermandades del Trabajo han evolucionado y se han adaptado a los cambios sociales y económicos, pero su compromiso con los trabajadores ha permanecido inquebrantable. Han conseguid establecer una red de apoyo que incluye asesoramiento legal, formación profesional y actividades culturales y recreativas. Este aniversario no solo es una ocasión para celebrar el pasado, sino también para mirar hacia el futuro con esperanza y determinación, continuando la labor de ser un faro de luz y guía en el mundo laboral.