El pasado fin de semana, los afiliados del movimiento de las Hermandades del Trabajo de Ávila realizaron una excursión de fin de curso, un evento que combinó cultura, espiritualidad y convivencia fraternal.
Liderada por la Presidenta del centro y la Vicepresidenta, Pilar Aníbarro y Pilar Sobrino respectivamente, esta excursión fue la culminación de un año lleno de actividades y visitas que han buscado fortalecer el movimiento en Ávila. A lo largo del año, Aníbarro y Sobrino han sido las fuerzas motrices detrás de varias visitas. Estas excursiones no solo han servido para enriquecer culturalmente a los miembros, sino que también han sido fundamentales para aumentar la fraternidad entre los afiliados y militantes a las Hermandades del Trabajo en Ávila. La dedicación y el compromiso de estas dos líderes han sido evidentes en cada detalle de la organización, asegurando que cada excursión fuera una experiencia enriquecedora y bien coordinada.
La primera parada fue el Museo de las Villas Romanas en Puras, una visita programada que permitió a los asistentes sumergirse en la fascinante historia y arquitectura de la época romana.
Posteriormente, el grupo se dirigió a Olmedo para visitar el parque temático del mudéjar, donde disfrutaron de una recreación única del arte mudéjar. Este recorrido no solo ofreció un vistazo a la rica herencia cultural de la región, sino que también propició momentos de reflexión y admiración por la diversidad artística.
La tarde continuó con la visita al Palacio del Caballero de Olmedo, un lugar cargado de historia y leyendas que enriqueció aún más la experiencia cultural del viaje. Tras esta visita, los asistentes dispusieron de un rato de tiempo libre para explorar la zona a su gusto.
El broche de oro de la jornada fue una merienda en el parque Cristo de los Pinares, un momento especial que sirvió para reforzar el sentimiento de comunidad y espiritualidad entre los miembros de las Hermandades del Trabajo.
En este ambiente de naturaleza y paz, los participantes pudieron reflexionar sobre el año pasado, agradecer las bendiciones recibidas y fortalecer los lazos de hermandad que los unen. Este viaje no solo marcó el fin de curso, sino que también renovó el compromiso religioso y el espíritu solidario que caracterizan nuestro movimiento.