D. II de Adviento. ©. Lc.1,26-38. 8 de diciembre de 2024
María, como mujer de la tierra sencilla de Nazaret, se turba; no podía ser de otra forma: pero al mismo tiempo abre todo su potencial de respuesta a Dios, y lo supera en totalidad con su aceptación sin límites: «aquí está la esclava del Señor… que se cumpla». La historia de la salvación estaba en tensión y precisaba de un cumplimiento en carne humana: María rompe con la desobediencia del ser humano, deja sus planes para aceptar sin reservas el plan de Dios. El anuncio del ángel supone un corte en la historia de la humanidad con la desobediencia anterior y un cumplimiento de las promesas de Dios.