Siempre que viajo a Galicia, es obligada mi visita al Apóstol Santiago. No puede faltar nunca en la programación de mi estancia, sea o no año jacobeo. Estas visitas siempre aportan beneficios nos recuerdan que nuestra vida es un camino hacia la meta en el cual nos encontramos con dificultades y también con logros pequeños o grandes, que nos exigen esfuerzo personal.
Desde la fe encontramos la ayuda del Apóstol y el ejemplo de tantos peregrinos que encuentran en el Camino soluciones a sus problemas o por lo menos superar el ánimo y descubrir en el camino lo que todos buscamos, dar sentido a nuestro proyecto de vida.
“Buen camino” es el significado de aquel saludo del Códice Calixtino “Ultreia et Useia” con el que se saludaban los peregrinos. Esta expresión significa «Vamos más Arriba». Aunque algunos expertos le atribuyen el significado de «¡Aleluya!», desde el punto de vista destinado a la celebración por llegar a Santiago. Saludo recogido en la canción de los peregrinos flamencos “Dum pater families”:
¡Oh Señor Santiago! ¡Buen Señor Santiago! ¡Ultreia! ¡Useia! ¡Protégenos, Dios!
También aparece este grito en el Libro de las Liturgias del Códice Calixtino, donde se narra la misa del Papa Calixto en la festividad del apóstol Santiago el día 25 de julio.
En la llegada al Monte del Gozo es contagiosa la alegría que experimentan los peregrinos al encontrarse con otros grupos que, después de haber caminado muchos kilómetros en los distintos tramos del Camino, experimentan esa misma emoción.
Por fin llegamos a la Catedral y asistimos a la misa del peregrino. Qué alegría poder celebrar la Eucaristía con el señor Santiago, rodeados de gentes venidas de todos los puntos cardinales, con lenguas muy diversas, pero con la misma fe y esperanza. Qué alegría proporciona siempre encontrarnos con alguien conocido. Entre los grupos mencionados al inicio de la celebración, me sorprendió la mención a una parroquia conocida de Ávila y a monseñor Sergi Gordo, obispo de Tortosa, a la cabeza de un numeroso grupo de jóvenes. Nos saludamos efusivamente y nos deseamos abundantes frutos espirituales como recompensa del Camino y que los días intensamente vividos nos animen a ser sembradores de esperanza, bajo la protección del Señor Santiago.
¡¡Ultreia et Useia!! ¡¡ Buen camino!!
Marisa San Juan.